Medio: Publimetro
«Es de bien nacido, ser agradecido». Así reza el castizo refrán, que con entusiasmo, buena vibra y profesionalismo se realiza en una iniciativa de músicos migrantes en Santiago, específicamente en Mapocho 2325. Y es que la Fundación Música para la Integración abre la próxima semana el cuarto núcleo para la conformación de orquestas y coros, así como para propender a la generación de espacios de capacitación en materia musical de la comunidad de Cummings.
Armonías «in crescendo»
Con tres núcleos en pleno funcionamiento, Música para la Integración ha consolidado a 150 músicos, provenientes de México, Colombia, Inglaterra, Chile y mayoritariamente de Venezuela.»El primer aprendizaje que hemos tenido en este país, ha sido la humildad. Todos trabajamos por igual, desde colocar nuestra silla y el atril, hasta regresarlo a su lugar», asegura Marvez.
Misael Rivas es un músico venezolano, que dirige el coro polifónico. Desde la primera semana de octubre, le tocará en responsabilidad coordinar el núcleo Andacollo. «Esta es la retribución de los músicos migrantes a Chile. La idea surge luego de un concierto de música latinoamericana en la parroquia. Vamos a ofrecer planes de iniciación musical y los programas para jóvenes y adultos, los sábados de 10 am hasta las 2 pm», asegura Rivas, quien acota que el aspirante puede partir desde cero en su formación musical.
Superada la etapa de trabajar en «cualquier cosa», Rivas ha podido estabilizarse y laborar en su profesión, que lleva adelante con pasión y entusiasmo.
El programa comprende clases teórico-prácticas, bajo el siguiente contenido programático: banda rítmica, flauta dulce, ejercicios progresivos rítmicos, melódicos y armónicos; canto coral, iniciación a la práctica orquestal.
Entre los proyectos para el último trimestre del año, Música para la integración realizará un Encuentro de Orquestas, en la comuna de Santiago Centro y el tradicional concierto de navidad.
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